El cielo y ella.

Caminando por la mañana el último domingo de Septiembre no pude resistirme a pensar y a divagar entre todo lo que iba suscitando mi mente. Pensaba sobre el cielo y su altura, ella y mi distancia. ¿Qué me aparta realmente del cielo? Siempre había pensado que tendría el cielo, es algo lógico, pero nunca pensé que se puede llegar a tener a una distancia tan grande. Y entre los dos, ¡yo soy el único que lo anhela! Que desperdicio de cariño cuando supe que lo que tengo lo tienen todos los demás y a muchos les da igual. Que entre lo grande que es el cielo la mitad de ello no se aprecia. ¿Qué me aparta realmente de ella? Siempre pensé que amar era algo grande para mi, que a mi no me serviría de mucho. Está tan lejos como yo creo que está y que no debo buscar. Pues ella y su amor, al igual que mi cielo... Es único y es de verdad.

Tu objetivo está adelante...

A órdenes de mi superior. -¡Mira! ¿Ves la luz anaranjada de esta media noche?. -Claro. -Vamos a alcanzarla. Dijo él... El cansancio determinaba mi velocidad junto con mis ganas de continuar. Horas más tarde, vi como el Sol salía desde el horizonte y la luz anaranjada de la noche desaparecía. Mi superior se acercó y me dijo esto: "Eso que persigues no lo alcanzarás, siempre estará allí y cada vez parecerá que te hacércas más. Si piensas desanimarte ahora, mira hacia atrás que tampoco hay nada; has avanzado tanto que no se ve nada. Tu objetivo está adelante. Mañana volvemos, siempre estará ahí la luz en tus noches."

Jaja... ¿Cuántas veces? ¿Cuántas veces? 

Cuantas veces he leído en tu mirada un brillo que nota que me amas. Si quise decirte que opacas las estrellas, pues en el cielo no hay ninguna. Contaminación lumínica da tu rostro... ya que radias las noches como nada por las calles de la ciudad. Déjate amar y decirte cuantas veces que no es suficiente. Me siento feliz, me siento lleno de ti si te veo sonreír. Compones parte de mi mundo sin dejar rastro de los insultos de la vida. ¿Te darás cuenta de cuánto te amo?